Fue una mujer visionaria que desafió los límites de su tiempo para transformar la vida de innumerables niñas y mujeres en situación de vulnerabilidad. Fundadora de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, su legado nació de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio, establecida por San Juan Eudes en 1641.

Nació en Francia durante una época de agitación política. Su infancia, marcada por el exilio de sus padres durante la Revolución Francesa, le mostró desde temprana edad el valor del servicio y la compasión. A los 18 años, ingresó a la Congregación del Refugio, conmovida por su misión de rescatar y dignificar la vida de mujeres abandonadas y explotadas.

Sin embargo, consciente de los desafíos de su tiempo, Santa María Eufrasia impulsó una reforma crucial que permitió a la Congregación crecer a nivel mundial. Enfrentó resistencia tanto dentro de la Iglesia como en la sociedad, pero con determinación logró la creación del Generalato en 1835, separándose de la congregación original para fundar la Congregación del Buen Pastor. Su visión trascendió la obra apostólica, estableciendo también comunidades contemplativas para quienes buscaban una vida de oración y entrega total a Dios.

A lo largo de su vida, no permitió que los prejuicios ni los obstáculos frenaran su misión. Su liderazgo dio frutos extraordinarios: a su muerte en 1868, ya había fundado 110 conventos en los cinco continentes, asegurando que su obra perdurara más allá de su tiempo.