La Beata María Droste zu Vischering nació el 8 de septiembre de 1863 en Münster, Alemania, en una familia profundamente católica. Desde niña mostró una voluntad firme, un corazón sensible y una gran empatía por los demás. El 8 de julio de 1875, el día de su confirmación, sintió el llamado a la vida religiosa.

A los 25 años, el 21 de noviembre de 1888, ingresó en la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor y tomó el nombre de María del Divino Corazón. En 1891, comenzó su labor con niñas en Münster, asegurando que los más necesitados y abandonados eran su mayor prioridad.

En 1894, fue enviada a Portugal como superiora del convento de Oporto, donde extendió su apostolado a personas de todas las condiciones. Aunque era una religiosa activa y alegre, vivía en profunda unión mística con Dios. En los últimos años de su vida, experimentó una revelación en la que Cristo le pidió la consagración del universo a su Sagrado Corazón. Con determinación, llevó este mensaje al Papa León XIII, quien investigó el pedido y, en su encíclica Annum Sacrum, anunció la consagración.

Su salud, siempre frágil, se deterioró gravemente hasta dejarla inmóvil por meses. Convencida de que su misión se completaría con la consagración, falleció el 8 de junio de 1899, un día antes de la Fiesta del Sagrado Corazón. El 11 de junio, el Papa León XIII cumplió su deseo y consagró el mundo al Corazón de Jesús, afirmando más tarde: «La invoco en todas las circunstancias».

María Droste fue beatificada el 1 de noviembre de 1975 por el Papa Pablo VI, dejando un legado de amor y entrega al servicio de Dios y de los más vulnerables.