Antonia Luzmila Rivas López, conocida como «Aguchita», nació el 13 de junio de 1920 en Coracora, Perú. Desde joven sintió el llamado a servir, lo que la llevó a ingresar en la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor en 1941. Durante décadas trabajó en Lima con niños en riesgo y mujeres en situación de vulnerabilidad, hasta que en 1988 cumplió su sueño de llevar su misión a la selva amazónica.

En La Florida, se dedicó a la educación, la salud y el desarrollo de las comunidades indígenas, especialmente de las mujeres. Sin embargo, la región se vio envuelta en la violencia de Sendero Luminoso. A pesar del peligro, Aguchita decidió quedarse con su pueblo.

El 27 de septiembre de 1990, los terroristas asaltaron La Florida y, al no encontrar a la superiora, capturaron a Aguchita. La acusaron de ser una pacificadora que desviaba a los jóvenes de la lucha armada. Frente a la comunidad, fue ejecutada junto a otras víctimas.

En 2018, sus restos fueron trasladados a La Florida, cumpliendo su deseo de permanecer allí para siempre. Su beatificación, el 7 de mayo de 2022, reconoció su valentía y su amor inquebrantable por los más necesitados.